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Alimentación y hábitos para una correcta salud bucal

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Hoy repasamos algunas de las consideraciones a tener en cuenta con la alimentación, además de poner énfasis en los hábitos más perjudiciales para nuestra correcta salud dental.

Comer sano: Una alimentación variada y equilibrada contribuye a disminuir el riesgo de sufrir caries dental y además te ayuda a reforzar el sistema inmune para que pueda defenderse ante cualquier infección en la cavidad bucal.

La caries está relacionada con la dieta: El desarrollo de caries dependerá principalmente de la presencia de hidratos de carbono que serán metabolizados por las bacterias orales que producirán los ácidos que causan la desmineralización del esmalte de los dientes. La sacarosa es el carbohidrato más cariogénico, seguido de la glucosa, maltosa, fructosa, lactosa y sorbitol.

Alimentos pegajosos como caramelos, chocolate, confituras, cereales, pan, patatas fritas van a permanecer mayor cantidad de tiempo en contacto con los dientes por lo que pueden producir mayor número de lesiones y caries.

Refrescos y zumos: si se consumen en exceso provocan caries.

Fibra: los alimentos con alto contenido en fibra como las frutas y los vegetales, ayudan a eliminar restos de alimentos y estimulan la producción  de saliva, lo que impide la formación de caries.

Pasamos a ver ahora los hábitos más perjudiciales:

Tabaco: El tabaco está fuertemente relacionado con el cáncer oral, las enfermedades de las encías, la caries, el cambio de color de las encías y de los dientes y con el mal olor. Pocos factores externos y controlables por el propio paciente contribuyen más a la falta de bienestar dental que el consumo de tabaco.

Prótesis desajustadas: Las prótesis desajustadas pueden provocar rozaduras en las encías y en las mucosas, esto implica desde falta de confort hasta desencadenar un proceso de cáncer oral, pasando por falta de eficacia masticatoria e incluso dolor.

Infecciones activas: las infecciones activas en la boca tienen repercusiones en la boca y a distancia. A nivel bucal suelen producir dolor e inflamación y pueden conducir a la pérdida de dientes. A nivel Sistémico pueden provocar infecciones en otras partes del organismo, éstas se relacionan con infartos de miorcadio, nacidos de bajo peso, partos prematuros, preclapsia e incluso con bajo rendimiento deportivo. En los casos graves pueden producir infecciones en el mediastino y en casos extremos la muerte del paciente.

Falta de dientes: La falta de dientes no sólo es una cuestión estética, sino que influye en la fonación y en la alimentación. Si nos faltan dientes no podremos hablar ni masticar bien. Esto hará que podamos padecer aislamiento social, trastornos digestivos o incluso tender a evitar la ingesta de ciertos alimentos porque no los podamos masticar, pudiendo darse desequilibrios alimenticios.

No realizar visitas periódicas a la clínica dental: la salud dental hay que conservarla y para ello necesitamos en primer lugar restituir la salud, si se ha perdido, y con posterioridad prevenir la aparición de nuevas enfermedades bucales. De esta forma podremos gozar de bienestar dental.

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